El estudiante, graduado de la Universidad de Wellington, utilizó materiales reciclados para construir su prototipo a partir de desechos reciclados compuestos de poliamida, que es un polímero que contiene enlaces tipo amida que se puede encontrar en materiales naturales, como la seda o la lana, y en materiales compuestos, como el nailon y el kevlar.
Las ventajas de este diseño son que es ligero y delgado, se puede utilizar sin problemas por debajo de la ropa y además no permite malos olores por su ventilación natural, y más importante aún es que el completamente lavable por lo que no hay ningún problema al bañarse con él.
Es así como por fin después de muchos siglos de férulas y yesos al fin existe un avance importante en el tema de inmovilización de partes del cuerpo lastimadas; es decir, ahora existe una tecnología para esta cuestión digna de los tiempos que corren.
Es importante mencionar que el molde tiene refuerzos extras en la zona de la lesión y se cierra mediante la misma impresión, de modo que no se puede retirar hasta que termine el proceso de duración. La impresión en 3D lleva cerca de 3 horas. De momento solo es un concepto pero el abaratamiento de la impresión 3D podría volverlo comercial muy pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario